miércoles, 27 de enero de 2016

Pequeño interludio: Más versos rotos.

"La muchacha sabía del fuego lo mismo que de su boca: Dulce ponzoña que quema"

Sabía de las noches frías, 
de su sinrazón, 
de lo que es tener el corazón, no en un puño, sino en una única palmada
sonora y vacua.

Sabía de los espejos en los que no se miraba, 
de las manchas de azogue que hace el olvido
y de los cristales rotos que conformaban los diversos ángulos de su cuerpo.

Sabía de llorar salitre
y de partirse el pecho en una sola nota, 
de los pájaros de lluvia y aire
con los ojos de barro cuarteado .

Sabía de su falda
ardiendo como tea
y de aquellas manos reptando por sus muslos 
como una enredadera.

La muchacha sabía del fuego 
lo mismo que de su boca, 
dulce ponzoña que quema. 

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